Cuando en 1987 Kurt Cobain y Krist Novoselic fundaron Nirvana, nada hacía pensar que la banda estuviera destinada a convertirse en el acto más abrasador de las última décadas, incinerando la cultura de los años 80 y abriéndole las puertas a un sinfín de artistas representantes del incipiente movimiento grunge.

 

La abrumadora y gris ciudad de Seattle fue el laboratorio en el que Cobain, como un alquimista genial, terminaría dando con la fórmula magistral, mezcla de rabia, frustración, angustia y desesperanza que inspiraría a toda una generación.

 

Hijo de Wendy, una madre adolescente y de Don, un mediocre empleado en una gasolinera, Kurt y su hermana Kimberly se criaron en la pobreza, sin embargo luego de rogar e insistir durante años, sus padres lograron comprarle una pequeña batería de oferta, que inmediatamente comenzó a golpear como un pequeño clon de Ringo Star. Cuando en la Navidad de 1975 recibió una batería de mejor calidad, estaba claro que Kurt y la música serían inseparables. Varios de sus familiares eran músicos y el mundo en el que se crió estaba decorado de canciones y viejos discos.

 

Sin embargo, su primera pasión fue el dibujo: “Mi madre me apoyó en todo lo que tuviera que ver con mi interés por el arte. Desde muy pequeño estaba escrito que yo sería un artista”, dijo Cobain en 1991 cuando fuera entrevistado por Roy Trakin.

 

Cada cumpleaños o festividad se transformaron en excusas ideales para que Kurt diseñara sus propias tarjetas conmemorativas, como la que se ve en la siguiente foto, con motivo de la noche de Accion de Gracias del año 1980.

Desde muy pequeño Kurt mostró rasgos de hiperactividad. Era inquieto, le costaba concentrarse en una sola cosa y sus múltiples proyectos e intereses lo diferenciaban radicalmente del resto de los chicos de su edad. A los siete años fue medicado con Ritalin. Años más tarde el propio Cobain citaría este período de su vida como el comienzo de sus problemas de adicción.

 

Cuando Kurt tenía 9 años se produjo un acontecimiento que lo perseguiría por el resto de su vida: el divorcio de sus padres, del cuál haría referencia por ejemplo en la canción “Serve and Servants” de In Utero de 1993.

 

Otro hecho que dejaría una profunda huella en su personalidad fue haber encontrado al hermano de uno de sus amigos, colgado de un árbol, cuando estaba camino al colegio. “Fue lo más grotesco que ví en mi vida”, señalaría años más tarde. Tiempo después Cobain le haría la siguiente predicción a su amigo John Fields: “Voy a convertirme en una super estrella de rock, para después suicidarme e irme rodeado de fama y gloria”.

 

En febrero de 1980, Kurt cumplió catorce años y un regalo cambiaría su vida para siempre: una guitarra eléctrica Lindell, a la que logró domar luego de interminables horas de práctica. Sus primeras inspiraciones provinieron del punk, el garage rock y el heavy metal y la primera canción que supo tocar de comienzo a fin fue el clásico  “Louie Louie”.

 

El primer show que Kurt vió en su vida fue el de Sammy Hagar en el Center Coliseum en Seattle en 1983. Al otro día, Kurt fue a la escuela vistiendo orgulloso una remera de Hagar que había comprado la noche anterior.

 

Durante el verano del mismo año, presenciaría su primer concierto punk a cargo de los Melvins. “Tocaron más rápido de lo que alguna vez pensé que se podía tocar y con más energía de la que que despedían mis álbumes de Iron Maiden”, escribiría en uno de sus diarios. “Esto es lo que estaba buscando. No puedo creer que hubiera gente pidiendo que tocaran covers de Def Leppards. Odié a esos imbéciles”.

 

Todo en la vida del joven Cobain era punk. La precaria relación con sus padres, su abuso de drogas, su arte y su depresión.

Con su primera banda Fecal Matter logró grabar un modesto cassette que repartió entre varios amigos. Una copia de esa cinta llegaría a las manos de Krist Novoselic. “Cuando escuché la canción Spank Thru” quedé muy impresionado”, diría Krist.

 

Los dos pasaban horas hablando de música en el Burger King donde trabajaba Novoselic y cuando éste descubrió que Kurt estaba viviendo prácticamente en la calle, le ofreció hospedarse en una pequeña van en el patio trasero de su casa. Un gesto que Kurt jamás olvidaría.

 

Luego de discutir infinidad de nombres para darle forma a su nueva sociedad musical con Novoselic, Nirvana cobró forma. Durante algún tiempo el baterista de Melvins, Dale Crover los asistió para tocar en vivo, pero la idea era tener un miembro estable. Esto recién sucedería a comienzos de 1988 cuando Chad Channing se unió a la banda.

 

El sello Sub Pop les daría la oportunidad de grabar su primer álbum Bleach que sería editado el 15 de junio de 1989. Luego de la gira en apoyo del álbum, Sub Pop los puso en manos del productor Butch Vig de Smart Studios para comenzar a trabajar en el siguiente disco. La suerte de Chad Channing estaba echada. Tanto Cobain como Novoselic no estaban conformes con su desempeño y lo despidieron. Y otra vez los Melvins vinieron con la solución cuando les presentaron a Dave Grohl ex baterista de los legendarios Scream.

 

Después de verlo en acción, les llevó dos minutos comprender que habían dado con su hombre.

Cuando Nevermind llegó a la calle en septiembre de 1991 de la mano del primer simple, “Smells Like Teen Spirit” el mundo quedó atónico frente a semejante explosión de energía. La canción rotó incansable por las radios y su video se arrasó con la programación de la MTV. El álbum recibió la certificación de triple platino en menos de seis meses y llegó al puesto nro 6 del top 100 de la revista Billboard.

 

Durante el año 1992, algunos problemas comenzaron a mover la estructura interna de la banda. Cobain pretendió reorganizar los royalties de composición en forma retroactiva a la edición de Nevermind pero finalmente llegaron a un acuerdo en el que Kurt recibiría el 75% de las regalías. Pero el problema más notorio era la decadente salud de Cobain. A finales de año se lanzó Incesticide, una colección de lados B y rarezas como una manera de combatir a la piratería que habían despertado aquellos embrionarios trabajos de Nirvana.

 

Para grabar su siguiente disco, In Utero, escogieron al productor y músico Steve Albini conocido por trabajar con Pixies. Más allá de que el simple “Heart-Shaped Box” tuvo buena aceptación e In Utero llegó a lo más alto de la Billboard, estaba claro que el álbum no lograría jamás llegar a las alturas de Nevermind.

 

En noviembre de 1993 Nirvana grabaría su ahora legendario MTV Unplugged en el que el verdadero contenido de las letras de Cobain, quedaría expuesto y desnudo.

 

Para 1994 la banda comenzó una gira Europea con un Kurt Cobain aburrido y distante. En la mañana del 4 de marzo en Roma, el músico fue encontrado inconsciente por su esposa Courtney Love y luego de ser atendido para recuperarlo de una reacción a una combinación de Rohypnol y Alcohol, la gira fue cancelada.

 

En las semanas posteriores, la adicción a la heroína de Cobain reapareció. Una reunión fue organizada por familiares y amigos de Kurt Cobain y convencieron a este para entrar en rehabilitación. Con menos de una semana en rehabilitación, Cobain escapó del centro de rehabilitación y voló hacia Seattle. Una semana más tarde, el viernes 8 de abril de 1994, el cuerpo sin vida de Cobain fue descubierto por un electricista en su casa de Seattle, tras suicidarse con un arma de fuego.

 

Para 1995, la banda anunció que se separaría definitivamente.

 

El legado, la influencia y el impacto que Nirvana tuvo en el universo musical, es quizás el más importante de las últimas décadas. Kurt Cobain siempre será recordado como ese frágil músico que a fuerza de talento, furia y locura logró cambiarlo todo. Un verdadero genio del rock.

 

Finalmente su premonición terminó haciéndose realidad.

 

“Voy a convertirme en una super estrella de rock, para después suicidarme e irme rodeado de fama y gloria”.